Hola buenos días.
Hoy os cuento la última parte de nuestro viaje por tierras del imperio Austro-Húngaro.
Tras la visitar la sorprendente
Budapest (
aquí tenéis la información) y la imperial
Viena (
aquí la info), nuestra última parada del viaje era la ciudad de cuento, la maravillosa
Praga.
Situados justo detrás de la catedral de Tyn, centro prácticamente de la ciudad, tenían un salón- comedor con un sofá cama increíblemente cómodo; un estupendo baño y una inmensa habitación realmente preciosa.
Sin duda, si vais a Praga, os los recomiendo al 100%.
Transporte
Aunque de extensión moderada, el centro histórico de Praga se puede recorrer fácilmente caminado. Así que esta vez no cogimos ningún bono de transporte y tan sólo un par de veces cogimos los tranvías, sacando los billetes en el momento.
De todos modos, si queréis más información sobre las opciones de transporte, os dejo
este enlace para que le echéis un ojo.
De nuevo tuvimos que cambiar euros. En este caso a coronas checas. El cambio aproximado es 1€ = 26 coronas.
No obstante, como os dije con los florines húngaros, no cambies demasiada moneda porque en casi todos los sitios, se puede pagar fácilmente con tarjeta.
Turismo en Praga
Llegamos a Praga procedentes de Viena tras 4 horas de cómodo viaje en tren.
Al igual que el viaje Budapest-Viena, éste lo habíamos reservado por internet a través de
esta página y los 4 billetes nos costaron 60€ (con el plus de reserva de asientos en mesa).
Hay varios trenes que hacen este trayecto diario. Nosotros optamos por coger el de las 11 de la mañana, así que para las 3 de la tarde, ya estábamos en Praga.
Una vez instalados en el apartamento, decidimos salir de "turisteo" a pesar de los más de 35 grados que hacía ese día en la ciudad.
Como os decía, los apartamentos estaban situados a dos minutos andando de la principal plaza de la ciudad, donde se encuentra la Catedral de
Nuestra Señora de Tyn, con sus maravillosas torres puntiagudas que parecen sacadas de un cuento. En realidad, toda la parte vieja de la ciudad es como estar sumergida en un cuento de hadas. ¡¡Es tan, tan bonita¡¡
En la misma plaza está la
Torre del Reloj Astronómico, que tuvimos la mala suerte de que están restaurando. Pero bueno, han tenido del detalle de dejar el reloj a la vista y pudimos disfrutar de él. Junto con otros miles de turistas, todo hay que decirlo. Porque gente, mucha, pero mucha encontramos en Praga.
A lo largo de la tarde nos adentramos en las callejuelas
Staré Mestó, o "
Ciudad Vieja", con sus pequeñas callejuelas llenas de comercio parte turístico y otro más local. Y entre todo ello, maravillas hechas con el famoso cristal de bohemia, tan típico de la zona.
Caminado llegamos hasta el "
Puente de Carlos", el más famoso y antiguo de la ciudad y que atraviesa el río Moldava y del que hay unas vistas preciosas de la otra parte de la ciudad, con su majestuoso castillo al frente.
Sin duda, si tenéis la serte de que os haga un día precioso como a nosotros y sacar fotos con una luz espectacular, el "
Puente de Carlos" al atardecer, es vuestro lugar. Me recordó un poco, en cuanto a sitio con encanto, al "Ponte Vecchio" de Florencia.
Poco a poco volvimos tras nuestros pasos hacia el apartamento y pudimos apreciar el genial ambiente que hay en toda esa parte de la ciudad, llena de terrazas, pequeñas tiendas...
Segundo día en Praga
De nuevo bajo un calor impresionante, la segunda mañana y como habíamos hecho en Budapest, decidimos coger un
"Free Tour". Y ¿que es esto? os preguntareis algunos. Pues son tours en los que chicos/chicas españoles te llevan por la zona elegida de la ciudad y ten van contando con todo detalle la historia de la misma y al finalizar, tú les pagas a voluntad. En este caso decidimos hacer el de "
Josefov o Barrio Judío" y nuevamente, fue todo un acierto.
Estos tours se pueden reservar por interntet pero sinceramente, no es necesario.
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Izda: plaza principal de Praga. Centro: cementerio Judío. Dcha: Gran Sinagoga Española |
Como me pasó con Budapest, la visita al Barrio Judío fue sobrecogedora y la historia del duro pasado de ocupación Nazi me dejo KO. Es lo que tienen estos tours: no sólo ves la sinagoga, sino que te cuentan toda la historia. Y una vez más, fue brutal.
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Estas placas en el suelo con nombres, fechas de nacimiento y una sucesión de lugares y fechas, acabando por OSVETIMI (Auschwitz), a la puerta de las casas, significan de que de dichas personas habían sido sacadas de esas casas para acabar en el tristemente famoso campo de concentración. Realmente impactante. Están por toda Praga. |
Es en estos momentos cuando te das cuenta de lo maravilloso que es viajar. Del gran aprendizaje que supone para nuestros hijos y de lo rápido que lo humanos olvidamos los horrores y errores cometidos y curiosamente, somos capaces de seguir haciéndonos daño una y otra vez. En fin.
Como os decía, visitamos las diversas Sinagogas de la ciudad, el Cementerio Judío, la escultura de Kafka y además, nos explicaron toda la historia y significado del reloj astronómico.
Y ello nos llevó toda la mañana así que tras finalizar el tour, nos fuimos a comer.
Tras la comida y a pesar de que el cielo empezaba a encapotarse y la temperatura era abrasadora, decididos cruzar el río y coger el teleférico del "Monte Petrin", donde además de encontraros con una imitación en pequeño de la Torre Eiffel de París y unos jardines preciosos, hay unas vistas de la ciudad absolutamente maravillosas.
De allí nos tuvimos que bajar a toda prisa porque la tormenta veraniega acechaba y madre mía lo que cayo. Os aseguro que pocas veces he visto llover tanto. Afortunadamente nos pillo casi llegando al apartamento así que apenas nos mojamos.
Aprovechamos para descansar y una vez que amaino, volvimos a salir sin rumbo fijo, sólo a disfrutar la maravillosa ciudad.
Se nos acaba el viaje...
Y llego, tras una intensa semana, nuestro último día de viaje.
Tras dejar las maletas en la consigna del apartamento, cogimos un tranvía y nos llevó directos a la parte baja del
Castillo, situado en el barrio de Hradcany y que además, es el castillo medieval más grande de Europa.
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Interior Castillo de Praga |
Las entradas las cogimos allí mismo sin esperar apenas fila y en ellas te incluyen la
Catedral de San Vito, el
Antiguo Palacio Real, la
Basílica de San Jorge y el
Callejón del Oro, uno de los rincones más bonitos de todo el complejo. Son mini casitas de colores construidas en el siglo XVI para los guardianes del castillo y donde un siglo después, trabajaban artesanos y orfebres y actualmente se muestra como estos vivían.
Además, el en número 22 de ellas vivió el famoso escritor Frank Kafka.
Pasamos allí casi toda la mañana y bajamos atravesando todo el barrio de Malá Strana, lleno de jardines, de palacios y de la famosa iglesia de San Nicolás. Andando, andando (nos dimos una buena paliza, las cosas como son) cruzamos el río Moldava de nuevo para ir a comer hasta un restaurante típico checo en el barrio de Nové Mesto.
Y tras ello, con todos los deberes hechos de todo lo que queríamos ver, decidimos hacer algo divertido para los 4 y cogimos un pedalo para recorrer las partes transitables del río Moldava.
A media tarde nos recogieron. El avión de vuelta a casa nos esperaba.
En resumen, 8 días maravillosos. Un viaje con 3 países, 3 ciudades. Tan diferentes entre ellos; tan sobrecogedores, tan espectaculares. Un viaje donde la historia pasada nos sacudió emocionalmente y nos hizo ser un poco más humildes y respetuosos. Un viaje con parques de atracciones en mitad de una ciudad, pedalos en un río y puentes con cadenas.
Pensado ya en el siguiente viaje.
Gracias por estar ahí.
Helena