lunes, 13 de julio de 2015

Cerrado por Vacaciones

Hola buenos días.

Hoy vengo a deciros "adiós". Bueno, mejor "hasta luego". Básicamente, ¡¡¡¡que me voy de vacaciones¡¡¡¡¡ 

Aunque claro, diréis: pero si esta petarda acaba de volver de Nueva York y bien que nos lo ha contado... Vale, tenéis razón. Este verano va a tener un extra con el viaje, pero es realmente ahora cuando me voy a tumbarrear en la playa, a descansar y a desconectar del mundo mundial.
(Ejem, que dice aquí mi marido que eso no me lo creo ni yo. Que me llevo el ipad y que me conectaré para seguiros. Cómo me conoce). Jajajajaja.


Pero bueno, la realidad es que no voy a publicar nada hasta al menos, mediados de agosto. Se han quedado unas cuantas tartas en el tintero, pero ya será a la vuelta. 

Creo que no he fallado en mis dos publicaciones semanales nunca. Y a esto hay que sumar las del otro blog "Disfrutando Sin Gluten", así que creo, me he ganado un poquito de "descanso dominical", como decía mi adorado Mecano.

La verdad es que ha sido un curso muy intenso pero en líneas generales, muy bueno y satisfactorio. Creo que poco a poco el "boom" de la repostería creativa va llegando a un punto de estabilidad. Al principio fue una verdadera explosión y de no hacerse nada en este país, todo el mundo se dedicó a ello. Yo he pasado por unas cuantas fases de "mando todo a la mierda, pero así, literalmente" porque ha habido momentos bastante desagradables. Pero mi padre siempre me ha dicho: "Helena, tú sigue formándote, sigue aprendiendo. Y no bajes ni un pelo la calidad de tus trabajos. Al final, eso la gente lo valorará".

Y eso es lo que he hecho. Y lo que seguiré haciendo. Hace mucho que dejé de preocuparme por lo que hacen o dejan de hacer otros. De lo que cobran o dejan de cobrar. De si me dicen que soy o dejo de ser cara. Hago lo que hago y a quien le guste, fantástico. A quien no, pues sin problemas.

Nunca modelaré como lo hacen otras. No es mi fuerte. Y lo sé. Soy absolutamente consciente de ello. Eso sí, nunca prometeré hacer algo que no pueda hacer. Eso no sería legal por mi parte.

Pero si de algo que me siento profundamente orgullosa es de poder contaros que casi, casi siempre que entrego una tarta, a los días me llaman para decirme: "fue un éxito por su aspecto pero no quedó ni una miga porque estaba buenísima". Y eso me pasa. Y sí, igual suena prepotente, pero me siento bien por ello. De eso se trata: además de bonita, de bien acabada, la tarta tiene que estar rica. 

Dicho esto, gracias a todas las personas que habéis confiado en mi trabajo. Es un lujazo repetir con muchos de vosotros año tras año para las celebraciones de vuestros niños (o de las vuestras¡¡). Gracias, muchas muchas gracias.

Y ahora sí. Sed felices, que la vida es muy corta y hay que vivir todos los días con la intensidad que se merecen. 

Nos vemos en un "ratito".
MUAKKKKKKKKKKKKK

jueves, 9 de julio de 2015

Nueva York con niños (III)

Hola buenos días

Aquí seguimos en Pamplona achicharraos de calor (lo sé, como en media y/o casi toda España), pero la verdad, para disfrutar de los Sanfermines es lo mejor.

Aun a riesgo de aburriros, hoy toca la tercera parte (y ultima, prometido) de nuestro viaje por tierras neoyorkinas. Aun me quedan cosas que contaros como compras reposteras (bueno, y no reposteras) que hice, pero eso será ya para después del verano. Vamos allá.

Viernes 26 de Junio
Este día nuestro cuerpo comenzó a adaptarse al horario americano, a los ruidos de la noche (sí, se oyen sirenas sin parar toda ella) y a la luz intensa de la mañana, así que amanecimos a las 7:30 por fin.

Nuestra primera parada fue el MET (Metropolitan Museum). El museo es inmenso, así que como David y yo ya habíamos estado, fuimos seleccionando las zonas que más podían gustar a los niños: la egipcia con el templo de Dendur, la medieval con las grandes armaduras y algo de escultura griega y romana. Estuvimos casi dos horas y media que se nos pasaron volando.

Si vais en verano además, no os podeis perder la terraza: impresionantes vistas de todos los rascacielos de NY que rodean Central Park, rodeados de un intenso verde de los árboles. Precioso de verdad.

De allí cogimos un autobús (ya os digo que hemos tirado de ellos un montón) y bajamos a la zona del Flariron, el primer gran edificio que se construyo en la ciudad y que tiene esa característica forma de "triángulo". Está situado entre dos preciosas plazas: Madison y Union Square. En ésta última además varios días a la semana hay un mercado de comida ecológica porque todos los granjeros de la zona van allí a vender sus productos.

Es además una zona llena de tiendas, pero no las tiendas de las cadenas multinacionales que todos conocemos, sino tiendecitas llenas de encanto, de todo tipo (haré un post especial sobre ello). No pude deleitarme todo lo que pude en ellas. Es lo que tiene ir con niños.

Y ¿como acabamos el día? en unos columpios.... jajaja. Sí señoras: mis hijos vieron unos fantásticos columpios y se lanzaron a ellos cual posesos. Debo decir que nos sorprendieron gratamente por la limpieza y lo cuidados que estaban.

Volvimos al hotel para descansar un rato y al atardecer repetimos Times Square, donde mis hijos disfrutaron como locos con la pantalla que te saca fotos. Locura total.


Sábado 27 de Junio
Con el tiempo un poco más revuelto y fresquito (hasta ese momento veraniego total), la mañana del sábado la dedicamos a visitar el Museo de Historia Natural, visita absolutamente obligada y más si el viaje es con niños. Una mirada a nuestra tierra, desde los dinosaurios hasta la evolución del hombre; con meteoritos, minerales y grandes dioramas de los hábitats de los animales más famosos del mundo. Absolutamente agotados salimos tras más de 3 horas sin parar y con los enanos corriendo de un lado a otro emocionados.

Llovía intensamente cuando decidimos irnos, así que tras comer, nos fuimos a Macys, el primer gran centro comercial que se construyó en la ciudad y que actualmente están renovando porque está muy viejito. La verdad es que creo que antes merecía más la pena hacer compras. Ahora casi tenemos lo mismo y con el cambio de moneda no hay grandes diferencias. Aun así aproveche para cogerme alguna cremita. 

Y de allí al hotel, pasando antes nuevamente por la tienda de Lego donde mis hijos "picaron" como dicen ellos otra cajita más.


Domingo 28 de Junio
Amaneció fresquito y con un pequeño "chirimiri" como decimos por aquí, así que nos tomamos las cosas con calma y salimos del hotel a las 10, mucho más tarde de lo normal (el cansancio empezaba a hacer mella en todos nosotros). Además ese día el plan mañanero era claro: ver el desfile del Orgullo Gay. 
Algo curioso: para el desfile cortan por completo la 5º Avenida, con una organización y una logística que a mí me dejó flipada. Y nadie se queja. Se adaptan. Una pasada la verdad.

¿Que deciros del desfile? A mí me encantó (y eso que dura muuuucho y nos tuvimos que ir como a la hora porque los enanos estaban agotados). Cantidad de famoseo, locas con mucha, mucha pluma (literal) y mente abierta al 100%. Eso sí, yo que durante 3 años ví el de Madrid, este no desmerece en absoluto al americano.

De ahí como estábamos cerquita fuimos a visitar la Biblioteca y Gran Central. Realmente, en ambas (como en tantos otros lugares de Manhathan) tienes la sensación de haber estado allí antes muchas veces, ya que son incontables las veces que las hemos visto en miles de películas.
Tras comer la temperatura mejoró considerablemente así que volvimos a Central Park con idea de coger unas barquitas en el lago. No pudo ser: como había llovido, estaban cerradas. Así que tras la decepción inicial de mis enanos, nos dimos una vuelta por el parque. ¡¡Que bonito es, la verdad¡¡
Y de allí, un rato de "vicio" para mis hijos: vamos, que una vez más entramos a la tienda de Apple y tras jugar con todos los "titos" que hay por allí, volvimos paseando por la 5ª avenida al hotel.

La pena nos empezaba a invadir. 


Lunes 29 de Junio
Amaneció precioso y soleado. Nos despedimos de Carlos y Claudia, las personas que atendían el desayuno del hotel y de los que siempre nos acordaremos por su cariño y su amabilidad; recogimos las maletas y como ya habíamos visto todo lo que teníamos previsto, decidimos coger el metro hasta el Soho y simplemente, pasear y disfrutar de nuestras últimas horas en la gran ciudad.

Y no se si porque era el último día o porqué, pero cada vez que planteábamos coger el metro, los enanos decían que no, que mejor andando.

Entramos en tiendas que nos sorprendieron: una de maquillajes con una DJ que parecía una discoteca; otra de "Adidas" donde había una pantalla para diseñar tus propias zapatillas; otra de disfraces  donde había todo, todo lo que os podáis imaginar (incluida una zona de Halloween para flipar); dimos de comer a las ardillas en "Union Square"; volvimos a sacarnos fotos con el Flatiron y el Empire State. Y simplemente fuimos despidiéndonos de esa ciudad que durante una semana nos había acogido y nos había emocionado muchos instantes.

A las 4:30 nos recogían en el hotel. Saliendo de Manhathan sólo miré hacia atrás un segundo. Para volver a ver por última vez el skyline que tanto me gusta. Para despedirme de esa ciudad que siempre, desde pequeña, me fascinó y ser una vez más consciente de que había vivido un verdadero sueño: poder volver con mis hijos.

A las 9 en punto despegaba nuestro avión. Fue una "corta" noche en las que los niños durmieron como troncos y nosotros no tanto. Aterrizábamos en Madrid 7 horas después y tras coger el coche, a media tarde llegábamos a Pamplona.

Cansados pero felices. Con las maletas en las que había algunos regalos pero sobre todo, llenas de una increíble y maravillosa experiencia. No se si mis enanos cuando sean mayores se acordarán de muchos detalles de este viaje. Yo lo guardaré en mi memoria como un verdadero "tesoro".

Gracias por leerme. De corazón
Helena

lunes, 6 de julio de 2015

Nueva York con niños (II)

Hola buenos días.

6 de julio. Siiiiiii, hoy es 6 de julio, esa fecha marcada en todos los calendarios de los pamploneses y pamplonesas. Así que mientras leáis esto, nosotros estaremos vistiéndonos de blanco y rojo, dispuestos a salir a la calle (eso sí, si no nos derretimos porque hace un calor de infarto) para disfrutar de 9 intensos días de mis maravillosos y adorados Sanfermines.

Os iré contando como van las fiestas, pero mientras, hoy toca la segunda parte de esta especie de guía para viajar a Nueva York (con y sin niños) que estoy haciendo a modo de resumen de nuestro viaje.

En el post del jueves os conté como fue el viaje y el alojamiento, así que vamos a la "chicha", lo que hemos hecho.

Antes del viaje:
- Hacer un severo estudio de mercado de todos los restaurantes sin gluten. Claro, este paso la mayoría os lo podéis saltar porque no es necesario, pero para nosotros era imprescindible. Si quereis más info, daros una vuelta por mi otro blog "Disfrutando sin gluten" y ahí os cuento todo.

- Tarjetas de visita o entradas: en Nueva York hay varias tarjetas que te permiten obtener descuentos y sobre todo, saltarte las colas que puedas tener en las principales atracciones de la ciudad. Como en el caso de los restaurantes, hay que darle unas cuantas vueltas al tema porque las opciones son muy variadas en función de los intereses de cada uno. En nuestro caso optamos por la "Go Pass".

Esta tarjeta te permite elegir las atracciones que quieres ver, pagas y te mandan un mail con todas las entradas listas para usar. En nuestro caso compramos la del "Top Of Rock"el Museo de Historia Natural y el Intrepid Museum y nos ahorramos en total (sobre el precio si las hubiésemos cogido allí) unos 60€. Además también reservamos día y hora para el observatorio de la nueva Freedom Tower.

- Moverse por NY: lo mejor es el metro pero hemos descubierto los fantásticos autobuses urbanos. Muchas líneas cruzan la city de arriba a abajo o derecha a izquierda y son una alternativa genial para conocer la ciudad. Además no van nada llenos con lo cual íbamos siempre sentados. Si se va a estar una semana, lo mejor es comprarse la "Metrocard", una tarjeta individual que cuesta 32$ y la puedes utilizar de manera ilimitada durante una semana entera. Contaros además que a Nicolás no le tuvimos que comprar por medir menos de 1,20. Toda la info de buses, metros y sus planos la tenéis aquí.


Martes 23 de Junio
Primer día de turismo. A las 6 de la mañana estábamos los 4 con los ojos como platos. Es lo que tiene el jet lag. Así que tras una buena ducha y un mega desayuno en el hotel (ya os conté que lo teníamos incluido en el apart-hotel), para las 8 estábamos caminando.

Ese día hizo un calor impresionante. Eso unido a una humedad del casi 90% hacía que respirar fuese complicado, así que decidimos quedarnos cerca del hotel y hacer el Midtown: 5ª avenida, Moma (no entramos) Radio City, Catedral de St. Patrick, tiendas, muchas y maravillosas tiendas como la Lego Store, la FAO, una espectacular Apple o la famosísima Tiffany´s.
De ese día destaco dos cosas: una, la subida al "Top of Rock", edificio principal del Rockefeler Center y desde el cual hay unas vistas impresionantes del Empire State y de Central Park. Como llevábamos las entradas no tuvimos que esperar ninguna fila y de verdad, 100% recomendable.
La otra, el cochechito-bici que nos hizo un tour por todo Central Park. Sí, es una "turistada total", pero son las cosas que uno hace cuando va con dos niños y el calor para andar se ha hecho insoportable. Pero además sorprendentemente fue muy chulo porque además del paseo, el guía nos fue contando un montón de historias sobre el parque y todas las casas que lo rodean: quien vivía en ellas; cuanto costaban; pelis que se habían rodado... La verdad, estuvo muy muy bien. Por supuesto, incluía el edificio Dakota, donde mataron a Jon Lenon y la fuente de la serie "Friends".

Miércoles 24 de Junio
De nuevo a las 6 de la mañana estábamos en pie. Este día tocaba el Downtown y Financial District, así que cogimos el metro y para allí que nos fuimos. Es una zona que se anda fácilmente y es relativamente pequeña: Wall Street, la Reserva Federal, el Trinity Church, el famoso "toro"... Y por supuesto, la zona 0 donde antes estaban las torres gemelas y ahora se alza majestuosa la nueva Freedom Tower. Hay que ir con hora reservada (para eso son muy estrictos) así que a las 11 en punto allí estábamos. Y allí viví uno de los momentos más emocionantes de toda la semana. No os desvelo el momento para no estropearos nada si vais, pero os puedo asegurar que las vistas y todo en general es IMPRESIONANTE.
Arriba fotos del la Freedom Tower, y vistas desde ella del Empire State y la Estatua de la Libertad. Abajo el toro de Wall Street.

Tras disfrutar de una hora de unas vistas brutales, nos fuimos a coger el ferry a Staten Island. Es una fantástica manera de ver la Estatua de la Libertad de manera gratuita (ir allí para mí no merece la pena) y además, a los niños les encanta en viaje en barco.

Comimos en el Pier 17 admirando el precioso puente de Brooklyn y tras ello, cogimos un ferry que no es muy conocido pero sin embargo, nos encantó: el East River Ferry. Por 4$ cada uno, te lleva a lo largo del río y va parando en Brooklyn, Williamsburg, Long Island y finalmente en Manhathan a la altura de la calle 34. Puedes bajar en cada una de ellas (para volver a cogerlo hay que pagar) o hacer la ruta del tirón como nosotros. Va a toda leche y os puedo asegurar las vistas son impresionantes y mis hijos se lo pasaron pipa.

Al bajar, visitamos por fuera el edificio de la ONU (no veais que de rato estuvimos hasta encontrar la bandera de España) y de allí a descansar un rato para volver a salir a última hora de la tarde a ver Times Square y por supuesto, el Toys`us que hay allí.


Jueves 25 de Junio
Nuevo madrugón, ducha, desayuno y como nuevos.
Comenzamos el día en Chinatown donde aprovechamos para comprar recuerdos a los amigos de mis hijos (bolas de navidad, llaveros, gorras...) y de allí por la calle Broadway al Soho. De nuevo montones de tiendas irresistibles (no olvidemos que NY es la ciudad del consumo por excelencia). Ah¡¡¡ y también ví el "supuesto" ático de la serie que me encanta "Castle".

Caminando caminando fuimos hasta Greenwich Village, un barrio de casas bajitas y preciosas. Una especie de pequeño pueblo en mitad de la gran urbe. Y sí, también visité la calle y la casa donde vivía Carrie Bradshaw en "Sexo en NY"... jajajaja.

De allí fuimos a comer al Chealsea Market, la antigua fábrica de Nabisco donde se inventaron las galletas Oreo, y ahora reconvertido en un espectacular mercado lleno de pequeñas y precisosas tiendecitas y restaurantes llenos de encanto. Recomendable al 100%.

Tras comer nos dimos un paseo por la High Line, que en realidad son las antiguas vías por donde circulaban los trenes y ahora los americanos las han reconvertido en un parque super bonito, donde se mezclan vistas al río Hudson, las casas del Meatpacking District y vegetación a partes iguales.

Y como ultima parada del día, nos fuimos a visitar el Intrepid Museum. Para mí visita prescindible pero que a mis hijos encantó ya que se trata de un porta-aviones de la segunda guerra mundial lleno de aviones de guerra, helicópteros y hasta un Concorde. Además hay simuladores de vuelo y un montón de historias más que a los peques les fascinaron.

Dejo por hoy el relato. Como veis, os voy contando un muchas cosas factibles para hacer con niños. Es verdad que nosotros nos hemos pegado grandes caminatas, pero si los niños son más pequeños o simplemente se cansan, gracias al fantástico metro o buses, se llega a todos lados.

Un besote y hasta el jueves.
Helena

viernes, 3 de julio de 2015

Nueva York con niños (parte I)

Hola buenos días.

Resumir 10 intensos días de viaje, 8 de ellos en Nueva York, en un sólo post se me antoja complicado. Y no sólo por la cantidad de cosas que hemos hecho y que hemos visitado, sino especialmente porque este viaje para mí era hacer realidad un gran sueño que había comenzado 10 años atrás, cuando en nuestro viaje de novios, David y yo nos propusimos volver a la "Gran Manzana" para celebrar este aniversario, con los hijos que tuviésemos.

La vida nos ha brindado la oportunidad de cumplir este sueño. Y os puedo asegurar que he vivido intensamente cada uno de los momentos que allí hemos pasado. 

Tengo guardados en mi memoria miles de recuerdos, de sensaciones, de olores, de miradas de mis hijos absolutamente alucinados con todo lo que veían a su alrededor. 

Tengo más de 500 fotos que pasados los años, siempre nos recordaran que la última semana de junio de 2015 disfrutamos de una impresionante y maravillosa semana en Nueva York.

Lo sé, estoy de un "pastelón" que asusta. Así que voy con la parte práctica.

Sé que os voy a meter un poco de rollo, pero quiero de alguna manera, hacer de los post de este viaje, una pequeña guía de Nueva York, para todos los que penséis ir en el futuro y sobre todo, para quienes lo queráis hacer disfrutando con los pequeños de la casa.

Para quienes os digan que Nueva York no es una ciudad para viajar con niños, no estoy en absoluto de acuerdo. Lógicamente es un gran viaje que supone un cansancio extra (y en muchas ocasiones, una dosis alta de paciencia para los padres), pero os puedo asegurar que mis hijos (que tienen 7 y 9 años) han alucinado y les ha encantado la ciudad. Lógicamente los planes han sido adaptados para ellos y aunque nos hubiese encantado ir a un musical de Broadway, o salir una noche a un club de jazz, sabíamos que eso no sería posible así que problema 0.

Nuestra aventura comenzó el domingo 21 de junio. Fuimos en coche hasta Madrid y nos alojamos en el hotel Axor Barajas ya que nuestro vuelo salía al día siguiente a las 12 y no queríamos agobios de última hora ni grandes madrugones.

Yo siempre reservo los hoteles a través de Booking. Me gusta porque te compara muchos hoteles y además procuro coger siempre alguno que se pueda cancelar hasta 24 horas antes de la fecha de partida del viaje, que nunca se sabe lo que puede pasar. Además, miro también todos los comentarios y reseñas de anteriores viajeros en Tripadvisor. Al final, estas opiniones son las que más valen para mí.

Pues como os decía, nos alojamos en el Axor Barajas, 100% recomendable (aunque un pelín difícil de llegar a él). La habitación familiar es enorme (una cama de dos metros y dos literas para los niños) super espaciosa y tranquila. Tienen parking (que toda la semana cuesta 80€) y servicio de transfer gratuito al aeropuerto.
Y como era de esperar, a pesar de lo fantástico del hotel, no dormí mucho la verdad. El lunes 22 a las 9 en punto ya estábamos en la T4 de Barajas. Hicimos la facturación de las maletas, pasamos todos los controles pertinentes sin problemas (en la maleta de mano llevaba bastante comida sin gluten y no me pusieron ninguna pega) y a las 12:15 h despegaba nuestro avión.

Volamos con Ibera en un airbus 340-600 enorme, totalmente renovado. Cada asiento con su propia pantalla con juegos y películas, así que mis hijos encantados de la vida. Nicolás y yo tuvimos nuestra comida "gluten free" (solicitada en el momento de la compra del billete) y deciros también que habíamos pagado por la reserva de los asientos. Sí, es un poco lamentable que haya que hacerlo con lo que cuestan los billetes, pero de lo contrario, no nos aseguraban que fuésemos todos juntos y además queríamos adelante del avión, justo detrás de primera clase. La verdad, no me arrepiento de haberlo hecho.

Y por fin, 8 horas después, a las 8 de la tarde hora española, 2 del mediodía en EEUU, aterrizábamos en el JFK. La fila que había para pasar los controles de inmigración era inmensa, pero lo que tienen los americanos: en cuanto pasaron todos los ciudadanos "autóctonos", nos dieron preferencia a las familias que íbamos con niños pequeños, así que en poco más de 3/4 de hora estábamos cogiendo el coche que habíamos reservado desde España y que nos llevaría a nuestro destino final: ¡¡¡Manhathan¡¡¡ (por cierto, el control de allí una chorrada: presentación del pasaporte, miradas con cara de mala leche a las fotos y listo).

El trayecto en coche desde el JFK hasta Manhathan es de una hora aproximadamente. Mis hijos, como buenos chicos llenos de energía que son, iban como motos, "peleando" y jugando sin parar. Y de pronto se callaron: tenían por primera vez en su vida el skyline de esa ciudad que tanto impresiona la primera vez que la ves. Y se miraban, y se reían y se volvían a mirar.

Eran las 4 de la tarde cuando llegábamos a nuestro hotel, el Residence Inn by Marriot Midtown-East, situado en la 48 str, casi esquina con Lexinton Av. Como os he contado antes, el hotel lo reservamos también a través de "Booking". Lo elegimos porque las críticas siempre eran positivas y sin duda, ha superado nuestras expectativas: una habitación de unos 40 m2, con dos camas extra grandes y comodísimas; un armario y una gran cómoda; un baño sencillo pero limpio y lo más importante para nosotros, una cocina básica pero más que suficiente para poder prepararnos cenitas estupendas (y españolas) por las noches.
Wifi gratuito y desayuno incorporado (no es nada habitual en los hoteles de NY). Un desayuno que incluía diariamente fruta, zumos, platos calientes (huevos, bacon, salchichas...), yogures, leche (con y sin lactosa, bollería de todo tipo y lo más importante para nosotros: bagels, cereales y muffis sin gluten todos los días.

No es un hotel barato. Pero en Nueva York no los hay. Y si comparamos los servicios que ofrece en relación al precio, es fantástico. De verdad, perfecto para ir con dos niños: céntrico (está a 5 minutos andando del Rockefeler Center en la 5ª Avenida y a un cuarto de hora de Times Square) y con dos supermercados a la vuelta de la esquina y el metro al lado.

Y por hoy, creo que es suficiente.
Como os he dicho al principio, a lo largo de los siguientes post os iré contando lo que hicimos.
Durante meses he estado preparando este viaje y leer las experiencias de Julia de "Postreadicción, de Lucía de "Baballa" o de Isabel de "La 5th con Bleecker st" me ayudaron muchísimo, así que espero poder hacer yo lo mismo.

Un besazo muy grande y gracias por estar ahí como siempre.
Helena