Hola buenos días.
Este 2014 ha sido un año, como suele pasar en la vida, con sus subidas y sus bajadas. Con sus momentos maravillosos y otros agridulces.
Con un inmenso cambio de vida y de costumbres desde que en febrero nos confirmasen que Nicolás, mi hijo pequeño y yo, tenemos la enfermedad celiaca. Y lamentablemente hace pocos días, con una pérdida de un familiar, muy dolorosa para nosotros.
Mi cuerpo y mi mente han ido aguantando a todos los envites, pero estos días han dicho basta. Mis cervicales no pueden más y necesitan reposo. Mi mente necesita parar, ver las cosas con una nueva perspectiva que ahora mismo, he perdido.
Pero esto no es malo. Estoy en un momento de mi vida que, a punto de cumplir esa barrera de los 40 años, tengo muy claro lo importante de la vida y lo que simplemente brilla pero se queda ahí; tengo muy claro a quien quiero tener a mi lado y quien simplemente pasa resbalando como una gota de agua que acabará cayendo en un gran charco y evaporándose; tengo muy claro que mi cuerpo no está como a los 20 años, pero en cambio me encuentro más guapa, más segura y mas feliz de lo que nunca lo he sido.
Creo que he llegado a un fantástico "punto de madurez vital" en el que si miro atrás y pienso a donde quería llegar cuando tenía 20 años y lo que tengo en realidad, sin duda "es mucho, mucho mejor".
Y no, no llegué a ser una gran socióloga o una gran jefa de recursos humanos; pero he acabado haciendo las tartas con más cariño del mundo y que me hacen verdaderamente feliz; he dado la vuelta a un problema de salud creando un blog, investigando en celiaquía para que mi hijo sea un niño con una vida absolutamente normal; tengo un marido con el que me río y con el que no imagino mi vida sin él; tengo dos hijos sanos, que me vuelven loca pero son lo mejor que haré en mi vida. Tengo a mis padres, a mis suegros con salud y estupendos; a mi hermana (a quien le pido que me haga tía... jajaja) y a un puñado de amigas maravillosas.
Y mi vida no es perfecta ni mucho menos, pero sería ingrato por mi parte pedirle más.
Porque la felicidad son pequeños momentos. Porque es salir un día con tus amigas, tomarte dos vinos y reírte hasta caerte; porque es que tu hijo que te enseñe a hacer el "murciélago" con su peonza; porque es la sonrisa de una niña cuando ve su tarta de cumpleaños y te abraza con una fuerza inmensa. Porque eso es la felicidad, disfrutar de cada uno de los segundos bonitos que la vida nos regala.
Me tomo unas pequeñas vacaciones para descansar y disfrutar de mi familia. Para "recomponerme" un poco y comenzar el año 2015 llena de energía, así que, ¡¡¡hasta el año que viene¡¡¡¡
Un beso inmenso y gracias como siempre por estar ahí.
Helena
Y mi vida no es perfecta ni mucho menos, pero sería ingrato por mi parte pedirle más.
Porque la felicidad son pequeños momentos. Porque es salir un día con tus amigas, tomarte dos vinos y reírte hasta caerte; porque es que tu hijo que te enseñe a hacer el "murciélago" con su peonza; porque es la sonrisa de una niña cuando ve su tarta de cumpleaños y te abraza con una fuerza inmensa. Porque eso es la felicidad, disfrutar de cada uno de los segundos bonitos que la vida nos regala.
Me tomo unas pequeñas vacaciones para descansar y disfrutar de mi familia. Para "recomponerme" un poco y comenzar el año 2015 llena de energía, así que, ¡¡¡hasta el año que viene¡¡¡¡
Un beso inmenso y gracias como siempre por estar ahí.
Helena