lunes, 30 de octubre de 2017

Ideas para celebrar Halloween

Hola buenos días.

Mañana es Halloween.

Sí, esa fiesta que hace pocos años nos sonaba sólo a los EEUU y poco más. Pero que a día de hoy se ha convertido en una de las fijas en nuestros calendarios, al menos, para los que tenemos hijos pequeños (y no tanto).

Sé que hay muchas personas que no les gusta nada. Que consideran que es una "americanada". Pero digo yo, ¿no adoptamos otras cosas de todo el mundo con total tranquilidad?

Al fin y al cabo esto se trata de disfrazarse, parar un buen rato y poco mas. Pues para mi todo lo que sea celebrar, bien está.

Mi propuesta culinaria para este año la tenéis en mi otro blog "Disfrutando Sin Gluten" y es una tarta de queso mascarpone y boniato.

Pero hoy además de enlazada esa receta, os voy a dejar unas cuantas ideas para hacer mañana que he hecho otros años. Vamos con ello:

Mesas dulces
Dos son las que he hecho con temática de Halloween.

Esta primera foto, que fue para una pequeña fiesta de mi hijo el pequeño con sus amigos en casa (si pinchais aquí tenéis todas las fotos).

Y esta otra, una gran mesa para una fiesta en un club deportivo y que fue todo un éxito. En este enlace están todas las fotos.

Galletas y tartas
No hay fiesta que se precie sin su tarta y sus galletas decoradas. Algunas de mis propuestas otros años han sido estas:

Otros dulces "Terroríficos"
Si algo podemos agradecerle a esta fiesta, es que te permite "jugar" con la comida y crear postres geniales. He aquí algunas ideas:
Tumbas de chocolate. Pinchando aquí está la receta.

Merengues "fantasmales". Pinchando aquí tenéis la receta.

Galletas "Dedos de Bruja". En este enlace, la receta.

Chuches y otras ideas molonas
Que sería de Halloween sin chuches. Kilos y Kilos de chuches y dulces variados.

Sí, sobredosis de azúcar. Pero un día es un día.


Espero que os hayan gustado mis propuestas y os guste o no Halloween, disfrutéis esta noche.

Un besote y hasta la semana que viene.
Helena

lunes, 23 de octubre de 2017

Praga con niños

Hola buenos días.

Hoy os cuento la última parte de nuestro viaje por tierras del imperio Austro-Húngaro.

Tras la visitar la sorprendente Budapest (aquí tenéis la información) y la imperial Viena (aquí la info), nuestra última parada del viaje era la ciudad de cuento, la maravillosa Praga.
Alojamiento
Una vez y a través de Booking, reservamos los maravillosos y preciosos apartamentos "4 Arts-Suites"

Situados justo detrás de la catedral de Tyn, centro prácticamente de la ciudad, tenían un salón- comedor con un sofá cama increíblemente cómodo; un estupendo baño y una inmensa habitación realmente preciosa. 

Sin duda, si vais a Praga, os los recomiendo al 100%. 

Transporte
Aunque de extensión moderada, el centro histórico de Praga se puede recorrer fácilmente caminado. Así que esta vez no cogimos ningún bono de transporte y tan sólo un par de veces cogimos los tranvías, sacando los billetes en el momento.

De todos modos, si queréis más información sobre las opciones de transporte, os dejo este enlace para que le echéis un ojo.
Moneda
De nuevo tuvimos que cambiar euros. En este caso a coronas checas. El cambio aproximado es 1€ = 26 coronas.

No obstante, como os dije con los florines húngaros, no cambies demasiada moneda porque en casi todos los sitios, se puede pagar fácilmente con tarjeta.

Turismo en Praga
Llegamos a Praga procedentes de Viena tras 4 horas de cómodo viaje en tren.

Al igual que el viaje Budapest-Viena, éste lo habíamos reservado por internet a través de esta página y los 4 billetes nos costaron 60€ (con el plus de reserva de asientos en mesa).

Hay varios trenes que hacen este trayecto diario. Nosotros optamos por coger el de las 11 de la mañana, así que para las 3 de la tarde, ya estábamos en Praga.
Una vez instalados en el apartamento, decidimos salir de "turisteo" a pesar de los más de 35 grados que hacía ese día en la ciudad.

Como os decía, los apartamentos estaban situados a dos minutos andando de la principal plaza de la ciudad, donde se encuentra la Catedral de Nuestra Señora de Tyn, con sus maravillosas torres puntiagudas que parecen sacadas de un cuento. En realidad, toda la parte vieja de la ciudad es como estar sumergida en un cuento de hadas. ¡¡Es tan, tan bonita¡¡
En la misma plaza está la Torre del Reloj Astronómico, que tuvimos la mala suerte de que están restaurando. Pero bueno, han tenido del detalle de dejar el reloj a la vista y pudimos disfrutar de él. Junto con otros miles de turistas, todo hay que decirlo. Porque gente, mucha, pero mucha encontramos en Praga.
A lo largo de la tarde nos adentramos en las callejuelas Staré Mestó, o "Ciudad Vieja", con sus pequeñas callejuelas llenas de comercio parte turístico y otro más local. Y entre todo ello, maravillas hechas con el famoso cristal de bohemia, tan típico de la zona.

Caminado llegamos hasta el "Puente de Carlos", el más famoso y antiguo de la ciudad y que atraviesa el río Moldava y del que hay unas vistas preciosas de la otra parte de la ciudad, con su majestuoso castillo al frente.
Sin duda, si tenéis la serte de que os haga un día precioso como a nosotros y sacar fotos con una luz espectacular, el "Puente de Carlos" al atardecer, es vuestro lugar. Me recordó un poco, en cuanto a sitio con encanto, al "Ponte Vecchio" de Florencia.

Poco a poco volvimos tras nuestros pasos hacia el apartamento y pudimos apreciar el genial ambiente que hay en toda esa parte de la ciudad, llena de terrazas, pequeñas tiendas...

Segundo día en Praga
De nuevo bajo un calor impresionante, la segunda mañana y como habíamos hecho en Budapest, decidimos coger un "Free Tour". Y ¿que es esto? os preguntareis algunos. Pues son tours en los que chicos/chicas españoles te llevan por la zona elegida de la ciudad y ten van contando con todo detalle la historia de la misma y al finalizar, tú les pagas a voluntad. En este caso decidimos hacer el de "Josefov o Barrio Judío" y nuevamente, fue todo un acierto.

Estos tours se pueden reservar por interntet pero sinceramente, no es necesario.
Izda: plaza principal de Praga. Centro: cementerio Judío. Dcha: Gran Sinagoga Española
Como me pasó con Budapest, la visita al Barrio Judío fue sobrecogedora y la historia del duro pasado de ocupación Nazi me dejo KO. Es lo que tienen estos tours: no sólo ves la sinagoga, sino que te cuentan toda la historia. Y una vez más, fue brutal.
Estas placas en el suelo con nombres, fechas de nacimiento y una sucesión de lugares y fechas, acabando por OSVETIMI (Auschwitz), a la puerta de las casas, significan de que de dichas personas habían sido sacadas de esas casas para acabar en el tristemente famoso campo de concentración. Realmente impactante. Están por toda Praga.
Es en estos momentos cuando te das cuenta de lo maravilloso que es viajar. Del gran aprendizaje que supone para nuestros hijos y de lo rápido que lo humanos olvidamos los horrores y errores cometidos y curiosamente, somos capaces de seguir haciéndonos daño una y otra vez. En fin. 

Como os decía, visitamos las diversas Sinagogas de la ciudad, el Cementerio Judío, la escultura de Kafka y además, nos explicaron toda la historia y significado del reloj astronómico.

Y ello nos llevó toda la mañana así que tras finalizar el tour, nos fuimos a comer.

Si queréis saber donde comimos, ya sabéis que en mi otro blog "Disfrutando Sin Gluten" tenéis toda la información.

Tras la comida y a pesar de que el cielo empezaba a encapotarse y la temperatura era abrasadora, decididos cruzar el río y coger el teleférico del "Monte Petrin", donde además de encontraros con una imitación en pequeño de la Torre Eiffel de París y unos jardines preciosos, hay unas vistas de la ciudad absolutamente maravillosas.
De allí nos tuvimos que bajar a toda prisa porque la tormenta veraniega acechaba y madre mía lo que cayo. Os aseguro que pocas veces he visto llover tanto. Afortunadamente nos pillo casi llegando al apartamento así que apenas nos mojamos.

Aprovechamos para descansar y una vez que amaino, volvimos a salir sin rumbo fijo, sólo a disfrutar la maravillosa ciudad.

Se nos acaba el viaje...
Y llego, tras una intensa semana, nuestro último día de viaje. 

Tras dejar las maletas en la consigna del apartamento, cogimos un tranvía y nos llevó directos a la parte baja del Castillo, situado en el barrio de Hradcany y que además, es el castillo medieval más grande de Europa.
Interior Castillo de Praga
Las entradas las cogimos allí mismo sin esperar apenas fila y en ellas te incluyen la Catedral de San Vito, el Antiguo Palacio Real, la Basílica de San Jorge y el Callejón del Oro, uno de los rincones más bonitos de todo el complejo. Son mini casitas de colores construidas en el siglo XVI para los guardianes del castillo y donde un siglo después, trabajaban artesanos y orfebres y actualmente se muestra como estos vivían.
Además, el en número 22 de ellas vivió el famoso escritor Frank Kafka.

Pasamos allí casi toda la mañana y bajamos atravesando todo el barrio de Malá Strana, lleno de jardines, de palacios y de la famosa iglesia de San Nicolás. Andando, andando (nos dimos una buena paliza, las cosas como son) cruzamos el río Moldava de nuevo para ir a comer hasta un restaurante típico checo en el barrio de Nové Mesto.

Y tras ello, con todos los deberes hechos de todo lo que queríamos ver, decidimos hacer algo divertido para los 4 y cogimos un pedalo para recorrer las partes transitables del río Moldava. 

A media tarde nos recogieron. El avión de vuelta a casa nos esperaba.
En resumen, 8 días maravillosos. Un viaje con 3 países, 3 ciudades. Tan diferentes entre ellos; tan sobrecogedores, tan espectaculares. Un viaje donde la historia pasada nos sacudió emocionalmente y nos hizo ser un poco más humildes y respetuosos. Un viaje con parques de atracciones en mitad de una ciudad, pedalos en un río y puentes con cadenas.

Pensado ya en el siguiente viaje.
Gracias por estar ahí.
Helena

lunes, 16 de octubre de 2017

Tarta mecánico

Hola buenos días.

Lo mejor de hacer tartas es que un día estas haciendo a la delicada Elsa, de "Frozen"; que una cascada de flores para una para de boda; como una rueda de coche, como la que hoy os enseño.

A mi prima Izaskun, que es una de mis mayores "fans" (jajajaja), le encanta regalar tartas a sus amigos. Y en este caso el destinatario era un mecánico de coches apasionado y corredor de rallyes, así que eso es lo que traté de plasmar en la tarta: Karlos con su uniforme de trabajo; su coche amarillo lleno de pequeños detalles y la tarta en sí, una rueda.

 
Por dentro, el bizcocho era de chocolate negro relleno de merengue suizo de nutella.

Espero que os haya gustado y nos vemos el próximo día.
Un besote.
Helena

lunes, 9 de octubre de 2017

Tarta "El viaje de Chihiro"

Hola buenos días.

Reto, todo un reto supuso esta tarta para mí.

Para empezar, porque ni tan siquiera conocía la temática de la misma cuando me la propusieron: una tarta sobre la película de animación japonesa "El Viaje de Chihiro".

Como Internet es un "pozo de sabiduría", me puse a investigar un poco. Pero la verdad, no encontré mucho, sobre todo en lo referente a tartas relacionadas con la película.

Tan sólo encontré una y en ella me inspiré para hacer mi tarta.

Lo que hice fue personalizar a la niña. Sobre todo en el pelo de Alice, que como veis es espectacularmente rubio y rizado, igual que el de su hermano Ur. Y si no, mirad esta tarta que le hice al peque de la casa hace unos meses y observad el pelo (aquí quedaría bien el emoticono del guiño del ojo).
Como curiosidad, os diré que gran parte de la tarta estaba pintada a mano, tanto las partes de hierba como las flores que ramifican del árbol japones. Y tengo que reconocer que me encanta el aspecto que le daba porque aumentaba la "profundidad" de la misma. Aunque la verdad, en las fotos no se aprecia nada.

Es todo por hoy. Como siempre, gracias por estar al otro lado.
Un besote
Helena

lunes, 2 de octubre de 2017

Viena con niños

Hola buenos días.

Hace un par de semanas, en este post, os contaba que este verano hicimos un viaje por las capitales del imperio Austro Húngaro, comenzando por la maravillosa Budapest.

Pues bien, hoy continúo con la segunda parte: la ciudad de VIENA.
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Día 3 del viaje. Lunes
Nos levantamos temprano en Budapest porque a las 9:30 salía nuestro tren destino Viena. La estación de partida es la tristemente famosa "Keleti", a donde en 2015 llegaron miles de refugiados sirios huyendo de la guerra y desde donde no se les dejaba partir hacia diferentes puntos de Europa. Qué rápido olvidamos la historia. En fin.

Los billetes los habíamos reservado a través de internet en esta página y nos costaron 60. Os cuento que pagamos un plus, unos 14€ (ya metido en ese precio) por reservar asientos e ir los 4 juntos. De lo contrario es un poco más barato pero te puede tocar ir cada uno en un lado. 

Tras dos horas y media de cómodo viaje (los trenes son tipo los Alvia) llegamos a Viena. 

Transporte por la ciudad
Cogimos dos billetes de 48 horas para metro/bus/tranvía (los niños menores de 15 años y en época de vacaciones escolares no pagan transporte público), lo validamos (sólo hay que hacerlo una vez y te olvidas) y directos en metro hasta nuestro hotel.

Alojamiento
En este caso y como no encontramos un apartamento que nos entusiasmase, nuestra opción fue el Novotel Wien, hotel familiar situado a 10 minutos del centro (pinchando en este enlace os llevareis 15€ de descuento en vuestra próxima reserva a través de Booking).
La cadena de hoteles Novotel ya la conocíamos de viajes anteriores. Y siempre nos ha gustado mucho. Pero en esta ocasión nos dimos cuenta de que el sofá cama de las habitaciones familiares se ha empezado a quedar pequeño para nuestros dos chicos (9 y 11 años). Pero bueno, para un par de noches está bien.

Hicimos el checking y nos fuimos directos a comer "Gasthaus Nestroy", un restaurante de comida típica vienesa donde además cuentan con carta sin gluten que teníamos justo al lado. Mis hijos fliparon con el tamaño de los ""Wiener Schnizel", los escalopes vieneses que son XXL.

Y una vez comidos, comenzamos nuestra ruta por el centro histórico de Viena.

Al igual que pasa con Budapest, Viena es una ciudad grande en extensión pero lo que es su núcleo histórico, se pude hacer caminando perfectamente.

La plaza de Stephansplatzt es el "centro" de la ciudad y donde se encuentra la preciosa Catedral gótica de San Esteban. Tuvimos la mala suerte de que la están reformando así que no pudimos subir a una de sus torres. 
De allí comenzamos a caminar (hacía un calor inmenso) y visitamos las calles del centro, como la famosa Graben, llenas de comercio globalizado, como ocurre en todas las grandes ciudades europeas, hasta llegar al Palacio Imperial de Hofburg, residencia de los Habsburgo y donde se encuentran los apartamentos de la famosa Sisí Emperatriz, y la Escuela de Equitación Española

No entramos en ninguna de ellas porque teníamos tan sólo día y medio y preferimos callejear.

De allí caminamos hasta la famosísima Opera de Viena. Para una enamorada de la música clásica y ex violinista como soy yo, estar allí fue absolutamente genial. Aquí si que nos gustaría haber entrado, pero el día que estuvimos había concierto, por lo que las visitas guiadas esos días no se contemplan. Una pena la verdad.
A través de la Ringsstrase (el anillo que rodea la parte histórica de Viena) caminamos hasta la puerta principal del Palacio de Hoffburg, con sus maravillosos jardines; vimos la "Casa de las mariposas" (nuevamente cerrada para cuando llegamos - estos europeos cierran todo para las 17:00 -) hasta llegar a la plaza de Maria Teresa, donde están frente a frente el Museo de Bellas Artes el Museo de Historia Natural.

Y presidiendo la plaza, está el impresionante monumento a la emperatriz Maria Teresa.

Tras ellos, está la MuseumsQuarter, zona de una Viena moderna y contemporánea, pero el cansancio de mis hijos añadidos al enorme calor que hacía, hizo que nos retirásemos al hotel a descansar.

Día 4 del viaje. Martes.
Nuestro segundo día en Viena amaneció de nuevo con el cielo azul y un enorme calor. 

Cogimos el metro y nos fuimos camino a nuestro primer destino: el gran Palacio de Schonbrunn, residencia de verano de la emperatriz Sisí y el más majestuoso de todos los palacios de Viena.

Impresionante todo él, teníamos reservado un tour de 30 minutos con audio guía que te va llevando por las principales estancias privadas De Francisco José y Sisi y que es muy interesante. La pena es que esta prohibido sacar fotos. 
Tras la visita, lo más bonito que tiene el palacio son sus enormes y cuidadísimos jardines, así que a verlos nos fuimos. El Zoo de Viena se encuentra en ellos también pero no lo visitamos. 

Y allí echamos la mañana entera. Pero antes y dado que los tranvías son fantásticos y te llevan a cualquier parte, nos acercamos a ver las famosas casas Hundertwasser, que todo hay que decirlo, tienen un punto.
Volvimos cerca del hotel a comer y tras echar una pequeña siesta (estábamos a más de 35 grados) regresamos al centro de la ciudad para visitar la comercial calle Kärntner y tomarnos una buena merienda en uno de los lugares emblemáticos de la ciudad: el Café Mozart, fundado en 1794 y situado en el no menos famoso Hotel Sacher, en cuyas cocinas se dice que se creó la famosa tarta con ese nombre y de la que Sisí Emperatriz era adicta.
Las tartas no son baratas. Pero el placer de sentarse frente a la Opera, el Museo Albertina... merece la pena sin duda.

Muy cerquita está el Musikverein que es donde se celebran los famosos conciertos de Año Nuevo (no, no se celebran en la Opera, como casi todos creíamos) y de allí nos fuimos al lugar que mis hijos os dirán que más les ha gustado de todo el viaje: el Parque Prater.

Situado en un inmenso parque, la entrada es libre y lo que hay que pagar son las atracciones. Allí está la Gran Noria, la más antigua del mundo, construida en 1887, que consiguió sobrevivir a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial y escenario de escenas de famosísimas películas como "El tercer Hombre", "007: Alta Tensión" o "Antes del amanecer".
La verdad es que es un parque de atracciones cuidadísimo, limpio y precioso donde disfrutamos hasta caer la noche y donde cenamos en el no menos famoso Schweizerhaus, toda una institución del Prater. Es un restaurante, la mayor parte de él al aire libre bajo, un manto de árboles frondosos y miles de lucecitas con cabida para más de 800 personas y donde tomarse unas buenas jarras de cervezas y por supuesto, unas salchichas o un jarrete de cerdo ahumado.

100% recomendable.

Y con ello, finalizo nuestra visita a la ciudad de Mozart y de Sisi.

Nos quedaron por ver cosas como el palacio de Belvedere, donde están las pinturas de Klimt; pasear por el Stadpark y entrar como os decía en la Opera o en algún edificio más. Pero día y medio en Viena da para lo que da. Y creo que lo aprovechamos bastante bien.

Al día siguiente, el tren camino a Praga nos esperaba.

Un beso
Helena