Toscana y Venecia con niños

Hola buenos días.

La semana pasada este post, os contaba parte de nuestro viaje veraniego por Florencia. Fue un viaje de 6 días en los que además de visitar la capital, disfrutamos de la Toscana en general y además un día fuimos a Venecia. Hoy os lo cuento.

VENECIA 

Dos horas en tren de alta velocidad desde Florencia y estas en la ciudad de los canales por excelencia. Los billetes los habíamos reservado por internet e ida y vuelta para los 4 nos costaron 185€. El tren sale de la estación de Santa María Novella (a 15 minutos andando de nuestro hotel) y hay una buena variedad de horarios. Nosotros salimos en el de las 9:30 y regresamos en el de las 19:30. 

¿Que contaros de Venecia? a mí me encantó, que queréis que os diga. Y eso que para mí había tanta, tantísima gente que parecía un poco un parque temático. Pero es tan especial, decadente, mágica, curiosa... Creo que el truco es perderse por sus callejuelas, buscar rincones donde no haya tanta gente (que haberlos los hay). 

Nada más bajar de la estación de tren ya ves el Gran Canal y allí mismo cogimos el "Vapporetto" (30€ los 4) que te lleva por él hasta donde quieras (es una especie de bus acuático). Nosotros bajamos en la parada de "San Marcos" donde está la gran plaza, la catedral y el Palacio Ducal.

No entramos en ningún lado porque al tener sólo un día, preferimos callejear y descubrir rincones de la ciudad.

Mis hijos, especialmente el pequeño, alucinó con las miles de tiendas donde se ven piezas de cristal de Murano (hechas en la isla del mismo nombre que está al lado). Y yo además, me enamoré de las máscaras carnavaleras típicas de esta ciudad. Hay algunas que son auténticas obras de arte (igual que lo que valen claro).

Y sí, hicimos la turistada: nos montamos en góndola. 80€ media hora, que así en frío, es una barbaridad. Pero las cosas como son, es maravilloso. El gondolero nos llevó por canales pequeñitos llenos de encanto, de los que os decía antes que no estaba abarrotado de turistas; vimos la casa donde nació Marco Polo y cruzamos el Puente de Rialto. 

Andar, callejear, disfrutar, fotografiar rincones especiales, comer helados. Ese fue nuestro día. Venecia nos encantó a niños y a mayores.

RUTA POR LA TOSCANA

Pisa y Lucca

El cuarto día del viaje volvimos a coger el tren, esta vez uno de cercanías, que en una hora nos llevó a Pisa. 

La estación de tren de Pisa se encuentra justo en el extremo opuesto donde se sitúa el mayor conjunto arquitectónico romano del mundo, así que te tienes que recorrer andando todo el pueblo (una media hora de caminata). Pero lejos de ser pesado, nos encantó porque Pisa tiene mucho encanto. Y de pronto llegas a esa explanada maravillosa, con ese césped tan cuidado, ese cielo azul... y ese mármol blanco de la inclinada torre, el Duomo, el Baptisterio. Simplemente espectacular.

Aunque se puede subir a la torre (siempre con entradas reservadas con antelación) nosotros habíamos decidido no hacerlo ya que la entrada a menores de 8 años no está permitida y aunque mi enano los acaba de cumplir, nos habían comentado que la subida es muy dura.

Lo que sí cogimos fue entradas para el Camposanto y el Baptisterio (14€ 2 adultos. Los niños no pagan) que es lo que nos habían recomendado. Y sin duda acertamos.

El baptisterio es precioso. Con una acústica brutal. Y el camposanto tiene unas tumbas que a mis hijos les alucinaron. Muy, muy recomendable.

Pasamos allí toda la mañana y volvimos a coger otro tren que nos llevó hasta Lucca en 25 minutos. 

Lucca es un pequeño pueblo completamente amurallado que nos encantó. Pequeño, recogido, super cuidado y donde encontramos una especie de "rastro madrileño" donde mis hijos (y su madre por supuesto) disfrutaron como locos de auténticas antigüedades y de las historias que nos contaban de ellas.

Nos volvimos a tomar un súper helado (las heladerías GROM están en todas las ciudades, son espectaculares y 100% sin gluten) y a las 18:30 cogíamos un ultimo tren que en una hora nos dejaba de nuevo en Florencia.

Todos los trenes para los 4 nos costaron 58€ y sinceramente, nos resultó muy cómodo viajar en ellos, olvidándonos de alquiler de coches y búsqueda de parkings. Como anécdota, os contaré que este día era domingo y como la playa de Livorno está muy cerca, tanto a la ida como a la vuelta había mucha gente con sus mochilas, sus neveras y sus sombrillas que iban y venían de la misma. Domingueros como cualquiera de nosotros.

Siena y San Giminiano

Este día si que alquilamos un coche porque el transporte público para llegar a estos pueblos no es bueno y además queríamos ir por carretera para ver el paisaje típico de la Toscana.

Se puede ir perfectamente por una autovía pero por media hora más de viaje, merece la pena disfrutar de los viñedos, los campos de lavanda y las casas rurales rodeadas por preciosos y altísimos cipreses. Hora y media llegar tardamos en llegar.

Siena es simplemente espectacular. Nos costó un poquito aparcar pero merece la pena sin duda. La plaza donde se celebra la carrera de caballos del Palio (2 de julio y 16 de agosto) me dejó impresionada y el pueblo en general es precioso, incluido su maravilloso Duomo. No entramos dentro porque había muchísima gente y no habíamos reservado las entradas pero nos dijeron que por fuera es más bonito que el de Florencia.

Ese día el calor era impresionante pero aun así, Siena estaba lleno. Una vez más reconozco que la masificación hizo que algunos lugares perdieran encanto, pero aun así, es precioso.

Y tras comer allí cogimos de nuevo el coche y nos fuimos a San Giminiano, pueblo declarado patrimonio de la Humanidad por la Unesco  desde 1990.

La "Nueva York medieval" la llaman porque en su momento, las familias pudientes demostraban su poder construyendo altísmas torres de piedra, llegando a haber más de 70. Actualmente quedan 15 y tan sólo una de ellas se puede visitar. Así que allí que subimos. Mereció la pena porque las vistas del paisaje dela Toscana son una pasada. Todo el pueblo está amurallado y se recorre fácilmente y es realmente precioso.

Y de allí de nuevo a Florencia en unos tres cuartos de hora ya es esta vez sí que cogimos la autovía para llegar a tiempo y devolver el coche que habíamos alquilado.

Así que resumiendo mucho, esto fue todo.

Yo de Italia sólo conocía Roma pero os debo confesar que Florencia me gustó más. Y la Toscana en general es realmente preciosa para hacer un viaje en familia. Una mezcla de arte, paisajes, comida insuperable... Así que si estáis pensando en este destino, estoy convencida de que os gustará tanto como a nosotros.

Un besote y hasta el próximo día.
Helena