Hola buenos días.
Sin duda las casualidades existen. Y os cuento porqué digo esto: a primeros de este mes nos hicimos una escapadita familiar de unos días a Madrid. Es una ciudad que me encanta porque en ella pasé 4 fantásticos año de mi vida, así que guardo muy buenos recuerdos y sobre todo, muy buenos amigos.
Lo bueno que tiene además haber vivido en Madrid es que cuando ahora vas una vez al año, ya no tienes que hacer turismo, sino simplemente disfrutar de la ciudad. Supongo que para las personas que que vivís allí puede resultar un poco estresante o difícil de entender, pero a mí me sabe a gloria pasear por la Gran Vía, montarme en las barcas del Retiro (imprescindible si vas con niños) e incluso disfrutar del metro (claro está, fuera de las horas punta de ciudad).
La cuestión es que en ese viaje, me pasé a ver a mis amigas de Acaramelada y aunque me quedé con las ganas de ver a Mª José, me encantó conocer a Virginia, con quien había hablado más de una vez por teléfono pero no nos conocíamos personalmente. Además mis niños se lo pasaron en grande en la tienda (es preciosa y está justo al lado de Palacio Real y la Opera... una maravilla).
Pues bien, un rato después de la visita, me llama por teléfono una chica de Pamplona que quería una tarta. Y me llamó a mí porque ella antes había visto por internet las maravillas que hacen en Acaramelada y les había llamado a ellas, pero claro, por el tema del envío le dijeron que era imposible... así que Virginia le derivó a mí... ¿es o no es casualidad que justo yo hubiese estado esa mañana con ella, y justo les llama una chica de Pamplona?... en fin, la vida.
Así que hoy os enseño la tarta en cuestión. Alvaro, el novio de Olaia cumplía 37 añazos y ella quiso sorprenderla con una tarta-batería, ya que es una de sus pasiones. El bizcocho era de chocolate con leche, relleno de swiss merengue de nutella.
La batería por dentro la hice con poliespán, de modo que así Alvaro podrá guardarla de recuerdo. Espero que os haya gustado.
Un besote
Helena
La batería por dentro la hice con poliespán, de modo que así Alvaro podrá guardarla de recuerdo. Espero que os haya gustado.
Un besote
Helena
Qué chula, me gusta ver tartas masculinas, y esta te ha quedado impresionante.
ResponderEliminarCasualidades de la vida, de esas que nos gustan que pasen de vez en cuando, como magia en nuestro día a día.
Yo soy madrileña, y cuando voy a mi querida ciudad, la disfruto muchísimo más que cuando vivía allí. Con ganas de la próxima escapada.
bss!!
te quedó genial! la verdad es que sí que la vida está llena de casualidades!! a nosotras también nos encanta ir a Madrid, estuvimos viviendo los tres hermanos mientras estudiábamos o trabajábamos y nunca tuvimos agobio, todo era disfrutar ya que por suerte todo lo teníamos cerca y ahora cuando vamos seguimos disfrutando, bueno menos cuando es a cosa de médicos.. besis
ResponderEliminarLas casualidades existen Helena, tú caso es un claro ejemplo. Yo viví en Madrid 8 años y me encanta volver, tengo muchísimos recuerdos y grandes amigos. Es una ciudad estupenda. Bs
ResponderEliminarq autentica pasada de tarta helena. y si, desde luego q las casualidades en esta vida existen
ResponderEliminarUna preciosidad esa batería! Claro que las casualidades existen, yo soy una fiel creyente del destino y que todo en esta vida ocurre por algo...¡y ahí tienes la prueba!
ResponderEliminarPor cierto, en mi último post menciono tu otro blog! ;)
Muás
Gracias helena!!!besos
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHelena, es verdad que las casualidades existen. En diciembre estuvimos en Madrid y estuvimos también en Acaramelada comprando cosas. Y lo que dices, siempre disfrutamos de pasear, porque hemos estado muchas veces, y también estamos en El Retiro, con las barcas, y no tenemos niños, ja, ja. La tarta quedó preciosa, qué artista. Un besico y buen fin de semana.
ResponderEliminarAcabamos de llegar a tu blog y nos hacemos seguidoras tuyas, te invitamos a seguirnos.
ResponderEliminarTu tarta una preciosidad, que manos nos tienes impresionadas.
Besos cris y Laura.