lunes, 12 de septiembre de 2016

Florencia con niños

Hola buenos días.

Como os conté en el resumen que hice de mi verano, el mes de Julio nos hicimos una escapadita de 6 días por la Toscana italiana y además visitamos Venecia.

Nos encanta viajar y si podemos, una vez al año nos gusta salir al extranjero con los niños porque consideramos que salir, conocer nuevos lugares, nuevas costumbres, nueva comida; escuchar otros idiomas... enriquece el cuerpo y abre la mente como lo que más.

Tras el viaje a Holanda hace dos años y a Nueva York el pasado, este año decidimos ir a la Toscana Italiana ver un poco de arte y disfrutar de su maravillosa comida (sin gluten por supuesto).

Como tengo muchas cosas para contaros, haré un par de post para resumir en la medida de lo posible nuestra experiencia. Eso sí, desde ahora os digo que Italia con niños es genial.

Hoy vamos con FLORENCIA
Llegamos el día 14 de julio al medio día. Volamos con Vueling y afortunadamente no tuvimos ningún problema de retrasos como había pasado días anteriores. La verdad es que desde Barcelona es una hora y 20 minutos así que el vuelo, para una persona a la que los aviones no le emocionan como a mí, es fantástico.

Florencia es una ciudad pequeña (unos 360.000 habitantes) y el acceso al núcleo histórico en transporte privado está prohibido (salvo permisos especiales). Nosotros cogimos un taxi desde el aeropuerto y en 20 minutos estábamos en nuestro aparta-hotel (pagamos 25€ por el trayecto, que es un precio fijo).

El apartamento elegido pertenece al Hotel "Il guelfobianco.it". Es un hotel pequeñito, familiar e ideal. Con una decoración antigua y cuidada al máximo, además de las habitaciones propias de un hotel, cuenta con un apartamento que es donde nosotros decidimos alojarnos para tener cocina y poder hacernos algo de manera puntual (celiaquía manda). Y eso que comer sin gluten en Italia es una maravilla (os lo cuento la semana que viene en mi otro blog "Disfrutando sin Gluten"). Además en el precio te incluye el desayuno y la atención del personal fue genial.
Detalles del apartamento donde nos alojamos
Situado en la calle Carvour, estábamos a 3 minutos andando de la plaza del Duomo. De hecho, desde nuestras ventanas veíamos el Campanile y la Cúpula de Bruneleschi. Maravilloso.

Una de las mejores cosas que tiene Florencia para ir con niños es que todo está "al lado". No hay grandes distancias que recorrer y eso con peques, es genial. Además teniendo en cuenta el calor de Julio (y eso que nosotros tuvimos suerte porque las temperaturas rondaron los 30 grados, cuando lo normal en esas fechas es que sean de 35 para arriba), es estupendo volver al medio día a descansar un ratín para volver a salir cuando el calor aprieta menos.

La primera tarde la dedicamos a alucinar con la catedral de el Duomo y subir a su famosa cúpula.

Para una apasionada del arte del renacimiento como yo, estar allí fue impresionante. Me daba cosa la subida con los enanos porque me habían comentado que al final era un poco angustioso. Pero la verdad, se lo pasaron en grande. Fuimos a última hora así que creo que eso fue un punto porque había ya poca gente.

Las vistas desde arriba son una pasada. Pero para mí ver sin duda lo mejor de lo mejor fue poder admirar los frescos de la cúpula de Bruneleschi. Me tocaron en selectividad hace como un millón de años y saqué notaza, así que tenerlos "al alcance de la mano" fue una de las mejores cosas de todo el viaje.
El resto de la tarde estuvimos paseando y disfrutando de la espectacularidad de la catedral, del Campanille (no pudimos subir porque cierran muy pronto) y comiendo helados. Sí, esos helados italianos que son simplemente impresionantes. 

El tercer día del viaje (el segundo estuvimos en Venecia, pero os lo contaré en el siguiente post) lo dedicamos íntegro a la capital de la Toscana.

A las 10:30 teníamos hora para entrar en la "Galería de la Academia", situada al lado de nuestro hotel, que es donde se encuentra el famoso "David" de Miguel Angel. Y ahí tuve otro de mis "momentazos" del viaje. Ese David tan alto, tan hermoso, tan guapo (vale, parece que hablo de mi marido que también se llama y es así.... jajajajajaja). Pero no, hablo de esa peazo figura sublime de 5m de altura que cuando la ves por primera vez alucinas. Os puedo asegurar que mis hijos se quedaron tan absortos como yo cuando lo vieron.
"David" de Miguel Angel, interior del Baptisterio y "Sala de Cinquecento" del Palazzo Veccio
Recomendación: llevar las entradas por adelantado cogidas por Internet para todo lo que queríais ver. En el caso de la "Galería de la Academia" y "Los Ufficci" te cobran 4€ de más por persona y entrada, pero os aseguro que es la única manera de poder verlos. Las filas para cogerlas el mismo día son infernales e incluso te dan para otra fecha. De esta manera vas con tu hora, llegas y entras.

La Galería no tiene mucho más, así que de ahí nos fuimos paseando hasta la "Plaza de la Signoría", una especie de museo al aire libre donde hay arte por todos lados, incluída una réplica del "David", y que preside el majestuoso y precioso "Palazzo Veccio", residencia de los famosos "Medici".

No teníamos entradas pero en este caso, sin esperar filas, se pueden comprar para ver las estancias y sobre todo, la impresionante "Sala del Cinquecento". Una vez más, mis hijos encantados.

De allí de nuevo a la plaza del Duomo. Las entradas para la Cúpula de Brunelesqui te incluyen el Baptsterio, la Cripta y el museo y el Campanille. Se pueden adquirir desde 6 días antes de la visita y tienes 48 horas para ver todo desde que entras por primera vez a uno de ellos. Cuestan 36€ para dos adultos (los menores de 18 años no pagan). La entrada a la catedral es gratis para todos. Así que todo ese tour es lo que hicimos. Del museo destaco "La piedad" de Miguel Angel y "Las puertas del Paraíso" de Lorenzo Ghiberti (en el Baptisterio se ven pero las reales son las del museo).
Tras comer y tomarnos un helado y como ese día el calor comenzó a apretar, nos fuimos al hotel a descansar un rato (repito, una vez más todo está cerquita) y volvimos a salir a media tarde para visitar la iglesia de Santa Croce, pero ya estaba cerrada cuando llegamos (cierran todo muy pronto a pesar de la cantidad de turismo que hay). Aun así, disfrutamos con su preciosa fachada de marmol blanco.

De ahí paseando llegamos hasta el río Arno y cruzamos por el famoso "Ponte Vecchio" para llegar caminando hasta el siguiente puente y disfrutar de una impresionante puesta de sol.
El día acabo paseando por la vía Tornabuoni, que es donde se encuentran las grandes firmas de moda, además de unos impresionantes palacios mires por donde mires y cenando una pizza espectacular.

Recomendación: si queréis cenar en algún restaurante en concreto, haced la reserva con antelación. En Julio el turismo en Florencia e brutal y si no lleváis reserva, quizá tengáis que esperar muuucho rato para poder cenar. Nosotros hicimos varias de ellas a través de "El tenedor".  (Nota: si queréis saber donde hemos comido, echad un ojo a mi blog "Disfrutando Sin Gluten" donde vais a encontrar un buen puñado de ricas recomendaciones).

Nuestro último día del viaje lo dedicamos de nuevo a Florencia (como os decía antes, en medio visitamos varios pueblos de la Toscana).

A las 10:30h teníamos entrada para la "Galería de los Uffizi" y para que os hagáis una idea de la gente que hay, a pesar de llevar esa hora reservada, entramos a las 11 de la mañana.

En la galería te puedes demorar muuuchas horas, pero siendo el último día, con dos niños y con el cansancio acumulado, hicimos una selección y sobre todo, destaco "El nacimiento de Venus" de Bottichelli y la parte de Leonardo Da Vinci.
De ahí y a pesar del calor que hacía (ese día sí que llegamos a los 35 grados) subimos andando hasta el Monte Michelángelo, desde donde las vistas de toda la ciudad de Florencia son espectaculares. Bajamos de nuevo al centro en autobús urbano y tras comer y recoger las maletas en el hotel, nos despedimos de Florencia.

En resumen, una ciudad ideal para ir con niños por la facilidad con la que uno se puede desplazar a todos los lados andando; cor arte por todos mires por donde mires. Una ciudad con una comida increíble y la verdad, no especialmente cara; unos bolsos de cuero (sí claro, alguna compra había que hacer) que te quitan el sentido. Una ciudad donde sentarte a comer un helado disfrutando del atardecer frente al río... en definitiva, FLORENCIA nos ha encantado a mayores y a niños¡¡¡

PD: por poner una pega.... turismo en exceso. 

Un besote y hasta el próximo día.
Helena

4 comentarios:

  1. Acabo de volver de las vacaciones pero leyéndote dan ganas de coger ya mismo las maletas!!

    ResponderEliminar
  2. un viaje estupendo y con niños mas.
    Nosotros tenemos tres hijos y nos encanta viajar con ellos.
    besos crisylaura

    ResponderEliminar
  3. Qué viaje tan bonito...Con el tiempo me he arrepentido de no pasar más días en Florencia cuando hicimos un viaje a Italia en pareja. Con niños, me encantaría hacerlo de nuevo, algún día, y tomo buena nota!
    bss

    ResponderEliminar
  4. Ains que buenos recuerdos, ya he visto en Instagram lo genial que lo estabas pasando y las fotos de comida sin gluten espectaculares ¡¡¡ las fotos preciosas y que guapísimos están los niños. Un beso reina

    ResponderEliminar

¡¡Gracias por dejar tus comentarios y opiniones¡¡ Me hacen mucha ilusión, me los leo todos y siempre aprendo de ellos.