Tarta Snowboard

Hola buenos días.

Ya estamos aproximadamente a mitad del invierno. Bueno, a mitad estrictamente hablando porque al menos aquí en Pamplona, la temporada invernal se extiende mucho más allá del mes de abril.

Dicho esto, hoy os cuento que yo antes esquiaba. Sí, antes de tener a mis hijos obvimamente. Durante muchos años de mi vida prácticamente todos los fines de semana invernales los disfrutaba esquiando en las pistas de Astún o Formigal. 

El año pasado decidimos subir un fin de semana con los enanos. Y creo que tardaremos en volver a repetir experiencia: ¡¡¡mama que me lleves los esquíes¡¡¡, ¡¡¡mamá que hace mucho frío¡¡¡, ¡¡¡mama que las botas me aprietan¡¡¡, ¡mamaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa¡. Madre mía que agobio por favor. 

Fue en ese momento cuando me dí cuenta de por qué mis padres tampoco querían llevarnos cuando mi hermana y yo éramos pequeñas.... jajajaja.

No sé, tendremos que repetir para ver si la cosa mejora pero vamos, que hoy por hoy con el trineo me basta y me sobra.

Y todo ello para enseñaros la tarta que mi prima María me pidió para regalársela a una de sus mejores amigas, Ainara, una loca del snowboard.

Sé que la tarta fue todo un éxito y sus dos pisos (uno de chocolate y otro de vainilla y canela) literalmente volaron cuando toda la cuadrilla se la cenó ese día tras un intenso día esquiando.

 

Es todo por hoy. 

Pero no me quiero despedir sin daros las GRACIAS. El lunes cuando escribí el post sobre la celiaquía imaginaba que tendría cierta repercusión. Pero hoy os digo que me ha sobrepasado. GRACIAS por todas las muestras de cariño que me habéis mostrado. Sois lo más.

MUAKKKK

Helena